sexta-feira, 27 de agosto de 2010

Adriana

Adriana e eu nunca abrimos precedentes
Adriana e eu nunca acreditamos em exceções
A mentira, para nós, uma facada direta
Objetividade, força e realidade
Café, almoço e jantar


Feliz aniversário, meu amor...


Abro aqui uma "exceção" e ponho dois poemas
que não são meus, mas de um poeta que faz
aniversário, hoje, dia do psicólogo, também.


El primer beso


Yo ya me despedía.... y palpitante
cerca mi labio de tus labios rojos,
«Hasta mañana», susurraste;
yo te miré a los ojos un instante
y tú cerraste sin pensar los ojos
y te di el primer beso: alcé la frente
iluminado por mi dicha cierta.


Salí a la calle alborozadamente
mientras tu te asomabas a la puerta
mirándome encendida y sonriente.
Volví la cara en dulce arrobamiento,
y sin dejarte de mirar siquiera,
salté a un tranvía en raudo movimiento;
y me quedé mirándote un momento
y sonriendo con el alma entera,
y aún más te sonreí... Y en el tranvía
a un ansioso, sarcástico y curioso,
que nos miró a los dos con ironía,
le dije poniéndome dichoso:
-«Perdóneme, Señor esta alegría.»






Inmortalidad


No, no fue tan efímera la historia 
de nuestro amor: entre los folios tersos 
del libro virginal de tu memoria, 
como pétalo azul está la gloria 
doliente, noble y casta de mis versos.


No puedes olvidarme: te condeno 
a un recuerdo tenaz. Mi amor ha sido 
lo más alto en tu vida, lo más bueno; 
y sólo entre los légamos y el cieno 
surge el pálido loto del olvido.


Me verás dondequiera: en el incierto 
anochecer, en la alborada rubia, 
y cuando hagas labor en el desierto 
corredor, mientras tiemblan en tu huerto 
los monótonos hilos de la lluvia. 


¡Y habrás de recordar! Esa es la herencia 
que te da mi dolor, que nada ensalma. 
¡Seré cumbre de luz en tu existencia, 
y un reproche inefable en tu conciencia 
y una estela inmortal dentro de tu alma!




Amado Nervo 
27 de agosto de 1870 — 24 de maio de 1919

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